El pívot, que disputará su primer Mundial, reconoce que sería un sueño poder dedicarle el triunfo a su compañero, que hace unos días dejaba la concentración y detenía su carrera para tratar su salud mental
Usman Garuba (Madrid, 2002) se prepara para vivir su primer Mundial de baloncesto con muchísima motivación, pero también con la necesaria dosis de cautela. No en vano, destaca que el nivel es cada vez mayor y que, ahora mismo, cualquier rival puede tumbar a quien sea. El oro conseguido del último Eurobasket, no obstante, es una clara prueba de todo lo que puede dar de sí una selección española que, pese a todo, no está entre las grandes favoritas, según los expertos. Por eso, dedicarle el triunfo a un Ricky Rubio que ha decidido dar un paso al costado para cuidar de su salud mental sería todo un sueño. Tanto, como triunfar por todo lo alto en una NBA que le ha dejado hasta ahora un poso agridulce, pero a la que no piensa renunciar por nada del mundo. Brillar con Oklahoma City Thunder, cuando el campeonato sea sólo un recuerdo, es también su gran objetivo.