Peligros que a los que nos enfrentamos en el futuro inmediato
Enero de 2017 en California (EEUU). En el inmaculado centro de conferencias de la ciudad costera de Asilomar, más de un centenar de expertos en inteligencia artificial (IA) de distintos lugares del globo están reunidos bajo una premisa aparentemente sencilla: analizar e indexar de qué forma ésta es beneficiosa para el ser humano. Los profesionales invitados -algunos de ellos desfilarán por éste y otros reportajes-, que cubren áreas diversas, tienen tres días por delante para debatir cómo ha de desarrollarse la IA, podría decirse que en el futuro. Pero éste, más que nunca, es sinónimo de ya, aquí y ahora.
Porque hay algo en lo que convergen intelectuales divergentes alrededor del mundo: la base sobre la que se asentará la inteligencia artificial, y también lo que supondrá para la humanidad, se está gestando mientras usted lee este especial. Lo afirma, por ejemplo, el futurista alemán Gerd Leonhard, autor de un libro cuyo título no deja lugar a dudas: La tecnología contra la humanidad, el choque entre el hombre y la máquina: «Hoy es el momento en que construimos nuestro futuro y este hoy es el mayor reto al que se ha enfrentado el género humano hasta el momento, la posibilidad de una especie de superhombre que se convierte en Dios no tiene precedentes», sostiene.
Leonhard se sitúa en el lado de la trinchera que defiende que la relación que tenemos con la tecnología debe, por lo menos, pensarse. Pero no es un alarmista. «Creo que a veces reaccionamos de forma exagerada ante los posibles peligros, y no podemos adentrarnos en el futuro con miedo. Debemos ser cautos, pero abiertos al progreso», argumenta. Pero es él también quien afirma que «el exponencial desarrollo tecnológico, y su tremendo potencial, es una oportunidad que trae consigo nuevas y tremendas responsabilidades», él quien sostiene que «la avalancha de cambios tecnológicos puede reformar la esencia de la humanidad y también todo aspecto de nuestro planeta», él quien cree que «la tecnología no es lo que buscamos sino cómo lo buscamos».
Afirmaciones que le sitúan a años luz de, por ejemplo, Natasha Vita-More, una de las líderes del transhumanismo, movimiento que defiende precisamente abrazar la tecnología. Llamémoslo sinergia. O simbiosis. Al igual que Leonhard, esta especialista en la deriva humano-tecnológica cree que 2018 es un año crucial en lo que respecta a la IA. Aunque Vita-More, profesora en la Universidad de Tecnología Avanzada (Arizona, EEUU) y autora del ensayo El lector transhumanista, no cree que exista un debate de extremos entre humanistas (Leonhard sería uno de ellos) y transhumanistas. «No hay polémica porque ambos valoramos la conciencia humana. La única excepción es que nosotros apoyamos la evolución humana y ellos su estancamiento«. ¿Cómo saber, en mitad de la carrera tecnológica, smartphone en mano, en qué vértice se encuentra uno? Atendiendo, por ejemplo, a las preguntas que se hacían los expertos aquel fin de semana en California.