Desde hace varios años la Guardia Civil despliega un contingente de 35 agentes entre las ciudades de Nouakchot y Nouadhibou, en Mauritania, que realiza patrullas conjuntas marítimas, terrestres y aéreas con la Gendarmería Nacional Mauritana. Su objetivo es controlar el flujo de embarcaciones sospechosas y las actividades ilícitas o de inmigración ilegal hacia las islas Canarias, tanto en las aguas territoriales como en la zona contigua de la República Islámica de Mauritania.
A las 18:27 h. de hoy la Asociación Unificada de Guardias Civiles ha informado de que la tripulación de la patrullera «Río Tajo» se encuentra bloqueada en Nouadhibu con 168 personas a bordo rescatadas de un cayuco en el mar, «todos varones fuertes», según han informado fuentes del Instituto, ante la negativa de las autoridades mauritanas de hacerse cargo de ellos.
La Agencia Europea de Fronteras FRONTEX está negociando con las autoridades del país el desembarco de los náufragos, hasta ahora sin resultados.
En algún momento los agentes han tenido que realizar disparos al aire para poner orden entre los rescatados, que se muestran desafiantes y nerviosos ante la tripulación ante lo incierto de la situación.
La zona caliente del Sahel
La creciente desestabilización de la franja africana del Sahel, entre el desierto del Sahara y la sabana sudanesa, y del Atlántico hasta el Índico, es motivo de gran preocupación para la comunidad internacional, especialmente para España, cuyas aguas son fronterizas con las de Mauritania.
Este país se ha convertido en uno de los principales puntos neurálgicos de la salida de cayucos hacia las islas Canarias en los últimos años, principalmente a través de Nouadhibou, en el extremo norte del país, en la zona más cercana a las fronteras europeas, a sólo unos pocos kilómetros de la antigua ciudad española de La Agüera, en el Sáhara.
Desatención gubernamental
Durante los tres últimos años, España ha estado presidiendo la Alianza Sahel, una plataforma internacional entre cuyos objetivos están la atención a personas vulnerables, la potenciación de la presencia de los Estados de la zona en regiones inestables, y hace un mes y medio traspasó la Presidencia de este organismo a Alemania, sin haber alcanzado logros destacables.
La incapacidad del Gobierno español para hacer frente a este y otros retos internacionales en los últimos años ha sido manifiesta, como tuvo ocasión de hacer notar la Unión de Oficiales de la Benemérita hace sólo un mes a raíz de la negligencia gubernamental que ha causado una sangrante descoordinación entre el operativo de FRONTEX y los medios que la Guardia Civil pone a su disposición en la vigilancia fronteriza.
Ello provocó que hace sólo unos días el Ministerio del Interior tuviese que rectificar y dar marcha atrás en su dejadez de funciones para volver a integrar al Cuerpo en el operativo europeo de vigilancia.